Analice y comente el fragmento del texto de Max Sheler
“Yo sostengo que la esencia del hombre y lo que podríamos llamar su puesto singular están muy por encima de lo que llamamos inteligencia y facultad de elegir, y no podrían ser alcanza-dos, aunque imaginásemos esas inteligencia y facultad de elegír acrecentadas cuantitativa-mente incluso hasta el infinito. [Entre un chimpancé listo y Edison (tomando éste sólo como técnico) no existe más que una diferencia de grado aunque ésta sea muy grande]. Pero también sería un error representarse ese quid nuevo, que hace del hombre un hombre, simplemente como otro grado esencial de las funciones y facultades pertenecientes a la esféra vital, otro grado que se superpondría a los grados psíquicos ya recorridos —impulso afectivo, instinto, memoria asociativa, inteligencia y elección— y cuyo estudio pertenecería a la competencia de la psicología. No. El nuevo principio que hace del hombre un hombre, es ajeno a todo lo que podemos llamar vida, en el más amplio sentido, ya en el psíquico in-terno o en el vital externo. Lo que hace del hombre un hombre es un principio que se opone a toda vida en general; un principio que, como tal, no puede reducirse a la “evolución natural de la vida”, sino que, si ha de ser reducido a algo, sólo puede serlo al fundamento supremo de las cosas, o sea, al mismo fundamento de que también la “vida” es una manifestación parcial. Ya los griegos sostuvieron la existencia de tal principio y lo llamaron la “razón” [Cf. el articulo “El origen del concepto del espíritu entre los griegos”, por Julio Stenzel, en la revista Die Antike.] Nosotros preferimos emplear, para designar esta X, una palabra más comprensiva, una palabra que comprende el concepto de la razón, pero que, junto al pensar ideas, comprende también unas determinada especie de intuición, la intuición de los fenómenos primarios o esencias, y además una determinada clase de actos emocionales y volitivos que aún hemos de caracterizar: por ejemplo, la bondad, el amor, el arrepentimiento, la veneración, etc. Esa palabra es espíritu”
Scheler, M. (1928), El puesto del hombre en el cosmos, ed. Losada, Buenos Aires
Esta es la entrada del blog correspondiente a la semana del 4-10 de julio 2011.